Información general
Teikō pretende ser una revista académica multidisciplinar de estudios antiimperialistas sobre Asia, África y América, con especial interés por los ámbitos político, sociológico, lingüístico, histórico, económico, criminológico, jurídico, y de la seguridad internacional.
Nuestros objetivos

Nos interesa abordar problemáticas de toda índole derivadas de la hegemonía cultural occidental y el paradigma económico neoliberal, y generar literatura crítica con el capitalismo global y el eurocentrismo académico.
¿Cuándo se publicará el primer número?
Ya está abierta la primera convocatoria de manuscritos (call for papers) para el nº 1 (vol. 1) de la Revista. Si bien será maquetada y publicada aproximadamente en marzo de 2022, los textos estarán disponibles tan pronto como superen el proceso de revisión y selección.
Algunas de las temáticas sobre las que recomendamos investigar son:
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revoluciones o movimientos políticos antiimperialistas;
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bloqueos o sanciones económicas sobre países del Sur Global y la emergencia de nuevas alianzas solidarias o estrategias de supervivencia;
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regímenes de apartheid, guerras, ocupaciones, intervenciones, injerencias, e invasiones por el monopolio de los recursos o como reacción al desafío del orden capitalista;
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análisis de elementos de la superestructura ideológica y jurídico-política del modo de producción burgués en contextos occidentales y su difusión al resto del mundo;
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mecanismos de reproducción de las desigualdades globales (políticas migratorias, asilo y refugio, trata con fines de explotación laboral y sexual, violencia endémica asociada al tráfico de drogas, esclavitud femenina, así como precarización de las condiciones materiales del proletariado y el campesinado en Asia, África, y América);
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victorias o retrocesos en materia de derechos basados en el sexo de las mujeres y en la lucha de clases;
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discusión teórica de la obra de líderes y autoras/es feministas o comunistas;
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otros de similar enfoque o contenido.


Uno de los elementos clave en el análisis del imperialismo es la cuestión de la degradación ecológica, vinculada con cada una de las divisiones que afloran en un sistema capitalista mundial donde gran cantidad de Estados se encuentran permanentemente compitiendo entre sí tanto de forma directa como por medio de sus corporaciones financieras e industriales por el control —o, mejor dicho, saqueo— de los recursos (casi siempre ajenos), en el marco de una jerarquía que supedita al centro (o metrópolis) la periferia. En el presente artículo, trataremos de abordar de qué manera se expresan las relaciones de dominación del ser humano sobre sí mismo y la naturaleza tras abandonarse el modo de producción feudal, las consecuencias devastadoras del calentamiento global sobre los sectores poblacionales más vulnerables, la negligencia de los organismos internacionales a la hora de proponer un modelo legal vinculante que reconozca el estatus y asegure la supervivencia de las personas desplazadas por riesgos o peligros ambientales en los países de acogida, el planteamiento de alternativas absolutamente desconectadas de la realidad de algunos bienintencionados...

El sistema sexo-género japonés rara vez ha sido aplicado uniformemente sobre las distintas clases sociales, y mucho menos antes del siglo XX; en su lugar, se conoce la existencia de una serie de normas consuetudinarias que habrían afectado principalmente a la aristocracia, posibilitando que las plebeyas gozaran de una relativa libertad sexual y de movimiento a finales de la era Tokugawa. No obstante, en el proceso de edificación del Estado moderno Meiji contrapuesto a la noción de soberanía popular, las élites se proponen catalogar los elementos culturales vigentes en la sociedad de entonces según su funcionalidad o inutilidad con respecto a la causa imperial, mostrando un verdadero desprecio hacia la opinión pública y llegando al extremo de censurar periódicos y revistas propensos al comentario político mediante la imposición de sanciones a partir de 1871, si bien éstas no solían recaer sobre sus iguales, en un sentido socioeconómico, a quienes se consideraba plenamente incluidos en el debate en torno a los siguientes pasos a seguir por el imperio.

Entre los diferentes movimientos sociales que han ido adquiriendo gran fuerza y avance en este primer cuarto de siglo, la formación teórica ha llegado a brillar por su ausencia. El pensamiento materialista en general, y el marxista, en particular, han sufrido una suerte de tergiversaciones y omisiones que sólo pueden entenderse como propios de una pereza y, quizás deshonestidad, filosófica. La recuperación de los conocimientos filosóficos, el constante ir y volver a ellos y con ellos, no tiene otro sentido que orientar, dirigir, afirmar, e incluso, ¿por qué no decirlo?, negar estos movimientos sociales. Ad hoc con el contexto político actual, iniciar con la recuperación del pensamiento maoísta puede sernos útil en este sentido, pues nos ayudaría a comprender el desarrollo de la actual segunda potencia económica, esto sin perjuicio de que haya puntos de dicho pensamiento que hayan ya pasado a un segundo plano o hayan sido reformulados. A este respecto, nos atenemos a exponer la tesis filosófica de Mao Tsetung, Sobre la práctica, que nos será útil en este doble sentido: 1) resalta la importancia de volver a los cimientos teóricos que permitan orientar la práctica política y 2) poner el dedo en los principios ideológicos a partir de los cuales se construyó la República Popular China.
El narcotráfico constituye un grave problema a escala mundial que azota tanto a los países productores como a los países de tránsito y consumo, creando un mercado negro que mueve millones de dólares cada año, y constituyendo, por ende, una fuente de ingresos fundamental para miles de grupos criminales a lo largo del planeta. En el presente escrito, nos hemos propuesto tratar brevemente algunos aspectos de este fenómeno en el sudeste asiático, en concreto Myanmar y Vietnam del Sur (antes de la reunificación), sobre todo en relación con las dinámicas de poder entre el Estado y los grupos productores con el mercado negro, y las sucesivas interferencias de EE.UU. diseñadas para fortalecer económicamente a colectivos afines a sus objetivos políticos. Las potencias imperialistas occidentales ya han sentado precedente en la utilización del narcotráfico para su propio beneficio, como sucedió con Gran Bretaña y el comercio del opio en China [...]

La noción tradicional de corrupción como decadencia y destrucción, como algo fuera de lugar, ha sido compartida por pensadores políticos de toda índole, desde Aristóteles hasta Maquiavelo. En la actualidad, la literatura académica en torno a esta cuestión es extensa. Autores como Lee & Oh (2007) la definen como «el abuso de una posición o los recursos asociados a ella por parte del funcionariado con fines de lucro privados, ya sea por medio del soborno, el nepotismo, la obtención o concesión arbitraria de ventajas políticas o económicas, el tráfico de influencias, o la financiación ilegal de partidos o campañas electorales, entre otros métodos». A nivel internacional, se han multiplicado los esfuerzos por adoptar tratados y convenios vinculantes (como el relativo al Blanqueo, Detección, Aprehensión y Confiscación de los Productos de la Delincuencia Organizada de 1990, aunque no solo) que delimiten los criterios sobre los que fundamentar el carácter contrario a Derecho de estas actividades, obligando a cada Estado firmante a tipificarla en sus respectivos Códigos Penales de acuerdo a estándares y valores que pretenden ser universalmente aceptados.

En términos generales, la creación del Partido Comunista Chino respondió a la singular aspiración de las masas tanto rurales como urbanas por adquirir protagonismo en alguno de los dos proyectos políticos tan dispares entre sí que fueron fraguándose en el país tras el movimiento del cuatro de mayo de 1919, para culminar con la derrota del Kuomintang en la Guerra Civil China (que abarcó el período de 1927 hasta 1949) a manos del Ejército Popular de Liberación. De acuerdo a lo expuesto por el académico Ke Song (2018), aquello que les impulsó hacia el éxito fue la determinación colectiva por subvertir el orden socioeconómico de capitalismo incipiente y estrenar, en su lugar, uno de cimientos marxistas y leninistas en el cual trabajadores, campesinos, e intelectuales se encontraran en posición de aunar fuerzas contra las potencias imperialistas que habían tratado de subyugar la voluntad del pueblo chino por medio de incesantes injerencias en línea con la diplomacia de las cañoneras.